La gente es injusta con el director técnico de la selección paraguaya. Lo evalúan por nimiedades como un resultado o algo tan poco científico como “el equipo jugó mal”.
Al señor Eduardo Berizzo hay que juzgarlo en otros planos, quizás más trascendentes. Hasta me atrevería a calificar al estratega argentino como milagroso.
Y como no me gusta hablar por hablar, estos son mis argumentos:
1 - Ha logrado que un equipo completo se quede sin alma y sin esencia. Reconozcamos que no es algo fácil de lograr, pero él lo ha hecho y partido tras partido lo perfecciona.
2 - Ha dejado a un pueblo entero sin esperanzas (aunque reconozcamos que en este punto los políticos también lo hacen).
3 - Al paso que vamos, estará muy cerca de lograr cero triunfos. Lamentablemente en las eliminatorias tiene dos victorias que empañan su esfuerzo por no lograr victorias, pero ahora parece haber encontrado el rumbo y ya no gana ni de local ni de visitante. Como atenuante, los dos triunfos son contra Venezuela, el último de la tabla.
4 - Así como Jesús resucitó a Lázaro, Berizzo resucitó a Chile… tarea casi imposible, pero él lo logró.
5 - Así como Jesús multiplicó los panes y los peces, él ha logrado que los casi 13.000 kilómetros que nos separan de Qatar sean muchos, muchos más… diría que está infinitamente lejos.
6 - Quizás el mayor de los milagros del señor Eduardo Berizzo sea cómo se mantiene en el cargo. ¿Los dirigentes de la APF habrán visto su aura? Según me contaron, es uno de los técnicos mejor pagados de Sudamérica y que incluso gana más que Scaloni, el estratega de la selección argentina.
¿Qué ven los dirigentes en él que nosotros no? ¿Será su cercanía con lo divinidad? ¿O será, quizás, algún a $ to mucho má $ terrenal y mundano?