Redacción4 Octubre 16, 2021

En el título hay un error: hace tiempo que la selección paraguaya no tiene técnico. En el acierto o en el error, quizás el último DT de la Albirroja fue el Tata Martino. En esos momentos, se jugaba de una manera determinada (gustara o no). Dejemos algo claro: el estratega argentino tuvo la fortuna de contar con una camada excepcional de jugadores (quizás dos) y un líder fuera de serie dentro de la cancha, con varios sólidos referentes.

El gran error del Tata fue no preparar una transición, no preparar el recambio. Ya que él no lo hizo, la APF debió hacerlo, pero se “vivió el momento” y se miró para otro lado. Se vino el fin del ciclo y la ausencia a los mundiales, una mediocre selección y la debacle en la altura de La Paz.

Nunca sabremos cómo llegó Berizzo a la selección y mucho menos, por qué se le mantuvo tanto tiempo cuando era evidente que todo iba mal. En el mejor de los casos, podemos pensar en la ineptitud de la APF y en el peor… bueno, ya saben.
Ahora, estamos en medio de una gran encrucijada: ¿a quién contratar? ¿Apuntamos a remontar y clasificar? ¿O pensamos más allá? Porque seamos realistas: el nuevo técnico de la selección prácticamente no tendrá tiempo de estar con sus dirigidos y básicamente, deberá apuntar a dar nuevos bríos y apuntar, una vez más, a la famosa “garra” perdida.
Suenan varios nombres: Costas, Jubero, Chiqui, Garnero… la lista es interminable.

Y dejando de lado la inmediatez y la urgencia, podríamos comenzar a pensar en el futuro en serio: en el fútbol como un deporte, pero también como un hecho social y sociológico, una vía de escape y de superación y también, por qué no, como un gran negocio. Apuntar a las inferiores, pero no solo en lo deportivo, sino también en lo social y cultural. Los puntos perdidos ya fueron, pero, por suerte y como se dice vulgarmente, el fútbol siempre da revancha. Y por lo menos, ya no está Berizzo…

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