Line Bareiro
Febrero 02, 2024
“El cambio se vino de golpe”, podría ser el título de este hito, que marca el derrocamiento de la dictadura de 35 años (1954-1989) del general Stroessner por su número dos y consuegro, el general Andrés Rodríguez, lo que dio inicio a la apertura política desde arriba, a la vigencia de las libertades públicas, a la reintegración del Paraguay a la comunidad internacional y a la transición hacia la democracia.
En la noche entre el 2 y 3 de febrero de 1989 fue destituido Alfredo Stroessner. El acontecimiento es conocido como El Golpe de la Candelaria por haberse iniciado en el día de la Virgen de la Candelaria.
Dos años antes había eclosionado el conflicto interno en las Asociación Nacional Republicana (ANR – Partido Colorado) que junto a las Fuerzas Armadas (FFAA) eran los pilares de la dictadura. De la guerra civil de 1947 quedó un ejército ya tendiente a la subordinación a la ANR, pero fue con Stroessner que todo el que quisiera entrar a las Fuerzas Armadas, incluyendo a la Academia Militar y a la Escuela de Suboficiales, debía estar afiliado al Partido Colorado. El sistema fue más complejo ya que el partido se encontró subordinado a un militar y con oficiales en servicio activo ocupando altos cargos. Pero lo relevante en este caso es que el conflicto interno en la ANR repercutió también en las FFAA, ya que por militar partidariamente, los militares también pasaron a pertenecer a alguno de los dos bandos stronistas: militantes y tradicionalistas.
El triunfo de los militantes combatientes stronistas en el partido, significó no sólo el desplazamiento de los civiles tradicionalistas de altos cargos en el aparato de Estado, sino que también repercutió en las FFAA. El general Rodríguez era cercano al tradicionalismo y conocía bien el poder, así comolas debilidades de las FFAA y también quién podía defender al viejo dictador. Fuera de la dirección del Colegio Militar “Francisco Solano López”, de la guardia presidencial y pocos más, el resto de las FFAA se plegó al golpe. A pesar de eso fue un golpe en el que murieron militares de baja graduación. Nunca se dispuso de datos completos sobbre esto y tampoco se difundió una explicación convincente del por qué los tanques a disposición de Stroessner, ni combustible tenían. Lo cierto es que en menos de ocho horas desde el inicio del golpe, Stroessner había sido ya apresado por el entonces coronel Lino Oviedo, hombre de confianza del general Rodríguez. Por radio 1° de Marzo se difundió la proclama leída por Andrés Rodríguez:
“Hemos salido de nuestros cuarteles, en defensa de la dignidad y del honor de las Fuerzas Armadas; por la unificación plena y total del coloradismo en el gobierno; por la iniciación de la democratización plena y total del coloradismo en el gobierno; por la iniciación de la democratización del Paraguay; por el respeto a los derechos humanos; por la defensa de nuestra religión cristiana, católica, apostólica, romana. Esos son lo que les estoy ofreciendo.” (textual)
El 5 de febrero a las 4 de la tarde, previa renuncia, el dictador partió al exilio hacia el Brasil, país donde murió el 16 de agosto de 2006. Cuentan que al mirar una foto del nuevo gobierno Stroessner dijo que sólo él faltaba ahí. Pero a pesar de haberle sucedido un gobierno de personas que habían sido parte de la dictadura, no hubiese tenido legitimidad el golpe y menos el gobierno si Rodríguez hubiera intentando establecer una nueva dictadura. Muy rápidamente entendió el nuevo presidente que ni siquiera podía seguir hablando de democracia sin comunismo. El Secretario General de la Presidencia y eterno jefe de Protocolo de Stroessner, Conrado Pappalardo, tuvo que ir a la frontera a recibirle con honores al Secretario General del Partido Comunista Paraguayo, Ananías Maidana, a quien el día anterior se le había negado el ingreso al país.
El deseo democrático había sido instalado en la agenda pública gracias a la acción social, ciudadana, intelectual y política. Ningún partido de prestigio seguía siendo colaboracionista, el movimiento social y ciudadano había crecido y encima, fuera de Pinochet, ya no quedaban gobiernos amigos de Alfredo Stroessner. En 1978 comenzó el aislamiento de la dictadura cuando se formó el Acuerdo Nacional, que reunía a todos los partidos y fracciones opositoras con la protección del gobierno norteamericano, que finalmente le había sacado el apoyo a la dictadura de Stroessner. Sin duda alguna, el gobierno Carter contribuyó al deterioro pero también del PSOE en España y que ya se habían redemocratizado Argentina, Brasil y Uruguay.
La conducción inicial de la apertura política fue militar y el general Rodríguez fue electo presidente con el 74,4% de los votos el 1 de mayo de 1989. Quizá no haya sido fácil para Rodríguez pasar al campo democrático y más rápido aprendieron los civiles de la ANR. La Constitución de 1992 impidió ya la reelección del general. El poder de militares en servicio activo se mantuvo hasta el intento de golpe de Lino Oviedo en 1996.
En la larga transición de 19 años, ya no prosperaron intentos de golpe militar. No sólo perdieron prestigio, sino también presupuesto; y el último intento de golpe, en mayo de 1999, llevó a que el entonces presidente Luis Ángel González Macchi, dispusiese la dispersión de la Caballería. Por el contrario, la ANR se mostró capaz de ganar elecciones competitivas y de mantenerse en el poder hasta el año 2008.
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