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BOLSONARO: ¿POR QUÉ FUE DERROTADO?

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Juan Pablo Colmán Noviembre 01, 2022

En las elecciones celebradas el domingo 30 de octubre en la República Federativa del Brasil, el presidente Jair Bolsonaro fue derrotado por Lula Da Silva por un ajustadísimo resultado de 50,9% de Lula contra un 49,1% de Bolsonaro. Con una diferencia menor al 2%, se augura una gran oposición para el tercer mandato del líder del Partido de los Trabajadores (PT). Pero ¿qué pasó para que el actual presidente se convirtiera en el primer mandatario en no lograr ser reelecto desde que en 1996 se confirmara la reelección por un período consecutivo más en Brasil?.

 Jair Messias Bolsonaro nació el 21 de marzo de 1955 en Sao Paulo, Brasil. Militar de carrera, llegó al grado de capitán en el Ejército Brasileño. Inició su carrera política en 1988 como concejal de Río de Janeiro por el Partido Demócrata Cristiano. Desde 1991 hasta 2018 fue diputado federal por Río de Janeiro. A lo largo de su carrera política estuvo afiliado a ocho partidos políticos. En 2018 se afilió al Partido Social Liberal (PSL) un pequeño partido político que hasta ese entonces no gozaba de mucha notoriedad. En las elecciones generales de ese mismo año, se presentó como candidato a presidente. Triunfó en dichos comicios y el 1 de enero de 2019 asumió como presidente de Brasil.

Durante su campaña, se hizo notar por sus declaraciones polémicas y posiciones nacionalistas y conservadoras. Su oposición a la comunidad LGBT, sus críticas al PT, apoyo a la tenencia de armas y su abierta defensa a la dictadura militar de Brasil de 1964, lo llevaron a ser considerado un político de extrema derecha. Fue apodado el “Donald Trump sudamericano”.

Durante su campaña obtuvo gran apoyo de sectores conservadores y pudo ganar las elecciones de 2018. Sin embargo, a medida que su gobierno avanzaba, partidos de centroderecha y demás sectores fueron alejándose del mandatario Su respuesta a la pandemia de COVID 19 fue muy criticada: minimizó la gravedad de la enfermada calificándola como una “gripecita” y cuestionó la eficacia de las vacunas. Encabezó manifestaciones contra las medidas sanitarias tomadas para frenar los contagios lo que hubo choques contra gobernadores y alcaldes de distintos estados y ciudades del país que habían acatado estas medidas. Hubo tres ministros de salud durante la pandemia y su “ministro estrella”, Sergio Moro, quién metió preso a su archirrival Lula Da Silva,

El mandatario apostó al conflicto ya los motines, lo que aquí puede recordarnos al fallecido Lino Cesar Oviedo.

Su escasa habilidad de diálogo, su incapacidad de hacer alianzas y de trabajar con equipos políticos importantes hizo que su gabinete se desmontara paulatinamente.

Luego de 1 año de gobierno, abandonó el PSL, el partido con el que llegó al poder e intentó formar un partido propio: la Aliança Pelo Brasil (Alianza por Brasil o APB), pero apenas llegó al 13% de las firmas exigidas por el Tribunal Superior Electoral (TSE) para tal efecto. Otra prueba más de su incapacidad de lograr alianzas.

El hecho de que a lo largo de sus más de tres décadas de carrera política haya estado afiliado a ocho partidos políticos, muestra que él mandatario brasileño en realidad no tiene ninguna lealtad a otro movimiento que no sea él mismo. No es producto de un movimiento sino de un contexto en el que la derecha estaba creciendo en popularidad.

Ahora, pese a la derrota, el porcentaje fue sumamente ajustado. Además, el líder ultraderechista logró gran cantidad de aliados en el Congreso Brasileño. Esto le puede dar la oportunidad de ejercer una alta presión al gobierno de Lula. Sin embargo, su escasa capacidad de diálogo puede disminuir esa posibilidad, al provocar que muchos aliados se alejen de él. Su desafío ahora es seguir siendo un actor político importante pero su caracter le puede jugar en contra

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