Por Clara Martínez Verdún
Periodista, Politóloga y Docente
Las redes sociales aparecieron en la década de los 90 y han transformado nuestro relacionamiento con los demás y nuestra forma de comunicar. Las redes sociales pueden ser de mucha utilidad para posicionarnos como persona o como profesional, también para vender, comerciar, instalar una idea y hasta estudiar a la sociedad o la audiencia para re direccionar nuestra estrategia.
Sin embargo, ha traído algunos inconvenientes en la comunicación, porque se instalan rápidamente algunas mentiras como verdades. Las redes sociales, en lugar de unir a las personas, a veces separan, porque se producen disputas, ofensas, agravios, chismes sin sentido, que solo sirven para separan a los seres humanos.
El periodista y escritor español, Ignacio Ramonet, indicó “lo que domina a las redes sociales es el pensamiento mágico. La verdad es cada vez más emocional y no real. Las redes están hechas para emitir, no para recibir”. Entonces, se genera una mala comunicación. Es increíble como en un mundo moderno, caracterizado por la tecnología y la información, haya tanta desinformación.
Las redes sociales son estudiadas por sociólogos, politólogos y periodistas, porque han generado una revolución en la comunicación y la información, y además han creado micro climas sobre temas relacionados a la política, la economía, con mucho tinte emocional y muchas veces alejados de la realidad y la verdad.
Una persona hoy puede estar arriba, siendo aplaudida por millones de internautas, pero al día siguiente, por un error de comunicación o simplemente por una noticia falsa (fake news) puede llegar a ser el personaje más odiado. En las redes sociales hay mucha polarización sobre algunos temas y enfrentamientos desmedidos.
Nosotros podemos sacar provecho a las redes sociales, sin embargo, muchas veces las usamos solo para atacar, para denigrar, para hacer bullying o simplemente para destilar odio hacia las personas que no son de nuestro agrado; sin dimensionar todo el daño que podemos provocar, porque las palabras también hieren.
Las redes sociales tienen poder; entonces debemos aprovechar las bondades que poseen para construir, para impartir lecciones importantes, para debatir con respeto, para vender, comerciar, capacitar, evangelizar y hasta difundir contenido científico.